¿Qué es lo que hace que tanta gente sea infeliz en su vida o en su trabajo? Quizá pienses en frases grandilocuentes o en teorías complejas sobre la influencia del pasado en nuestra vida. Sin embargo, la mayoría de las veces las cosas son mucho más sencillas, y no hay que ir demasiado lejos para encontrar la solución. Hay 5 errores frecuentes que suelen cometer las personas infelices. Lo bueno es que estos errores se pueden corregir fácilmente, y producir un cambio espectacular en la vida de una persona.
Error nº 1
Las personas infelices tienden a pensar y a hablar con generalizaciones totalitarias, como siempre... nunca...todo... Por ejemplo: “Siempre me sale todo mal en el trabajo”, o “Nunca tendré la casa de mis sueños” o “Nadie me quiere”. La forma de combatir estas imprudentes y destructivas frases es sencillamente cuestionándose la mayor, o sea preguntándose: “¿Siempre?...o ¿Estás segura de que nunca...? o ¿De verdad todo te sale mal...?” Si queremos eliminar el sufrimiento y ser más responsables, descubriremos que las generalizaciones no tienen mucha similitud con la realidad. La realidad es mucho más amable que nuestros pensamientos sobre la realidad.
Error nº 2
Las personas infelices se enfocan en el problema y no en la solución. Suelen volver al pasado para volver a vivir la experiencia de fracaso, se preguntan "¿Por qué hice esto? o ¿Por qué me ha pasado esto a mí? o "Si hubiera hecho algo diferente..." Es un desgaste de energia enorme. En lugar de esta tortura mental, debemos enfocarnos en la solución. Aprender de la experiencia pasada y preguntarnos: "¿Qué es lo que voy a hacer al respecto? ¿Cómo lo voy a hacer y cuando? ¿Qué es lo que realmente me motiva?" Estas son las preguntas que se hacen las personas de éxito, las que establecen una diferencia positiva en el mundo.
Error nº 3
A menudo etiquetamos de manera imprecisa nuestros sentimientos, lo cual provoca que nos perdamos en una selva de confusión. Por ejemplo, cuando decimos: “Estoy deprimido”, o “Me siento frustrada”. Para ayudarnos a nosotros mismos o a los demás, debemos realizar un esfuerzo por concretar qué significa exactamente la palabra que estamos usando. Podemos preguntarnos “¿Cómo de deprimido estás del 0 al 10, teniendo en cuenta que el 0 significa una depresión profunda que necesita de un tratamiento médico?” Con la nueva perspectiva que da esta pregunta, es posible que te puntúes con un 5 ó un 6, lo que da una visión más exacta y, desde luego, más positiva de la situación. Cuando empezamos a precisar nos convertimos en una especie de observador, lo cual ayuda a suavizar la emoción e incluso a eliminarla.
Error nº 4
Cuando nos decimos “No debo” o “Debo” o "Debería", nos estamos autolimitando y provocando un grave daño. Aquí hay que preguntarse: “¿Quién ha dicho que debes hacer eso?”. Es una buena forma de salir de ese círculo vicioso social en el que entramos una y otra vez, sin poder salir, como si fuéramos una rata en su laberinto. La gente infeliz hace muchas cosas porque debe hacerlas. Mejor dicho, porque cree que debe hacerlas. Se han dejado engullir por las opiniones de los demás, por las encorsetadas normas sociales, y han perdido su libertad para elegir.
Error nº 5
Y el quinto error es decir o pensar que no somos capaces de ser, hacer o tener algo en la vida. La expresión “No puedo” coarta nuestra creatividad y nuestro potencial para superarnos y lograr grandes logros en la vida. Cuando decimos “No puedo hacerlo...” bloqueamos la capacidad funcional pensante del cerebro, y cerramos toda posibilidad de lograrlo. La alternativa, en este caso, es decirse “¿Cómo podría hacerlo?”. Te garantizamos que tu cerebro se pondrá a pensar en serio sobre esta pregunta, y tarde o temprano, si eres persistente, te dará la respuesta.
Esperamos que a partir de hoy comiences a estar más atento/a a estos 5 errores. Abandonar el papel de víctima, y concretar más los mensajes que enviamos a nuestro cerebro nos ayuda a ser mucho más efectivos, y desde luego, más felices.
Gracias!
Abrazos sonoros!
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Error nº 1
Las personas infelices tienden a pensar y a hablar con generalizaciones totalitarias, como siempre... nunca...todo... Por ejemplo: “Siempre me sale todo mal en el trabajo”, o “Nunca tendré la casa de mis sueños” o “Nadie me quiere”. La forma de combatir estas imprudentes y destructivas frases es sencillamente cuestionándose la mayor, o sea preguntándose: “¿Siempre?...o ¿Estás segura de que nunca...? o ¿De verdad todo te sale mal...?” Si queremos eliminar el sufrimiento y ser más responsables, descubriremos que las generalizaciones no tienen mucha similitud con la realidad. La realidad es mucho más amable que nuestros pensamientos sobre la realidad.
Error nº 2
Las personas infelices se enfocan en el problema y no en la solución. Suelen volver al pasado para volver a vivir la experiencia de fracaso, se preguntan "¿Por qué hice esto? o ¿Por qué me ha pasado esto a mí? o "Si hubiera hecho algo diferente..." Es un desgaste de energia enorme. En lugar de esta tortura mental, debemos enfocarnos en la solución. Aprender de la experiencia pasada y preguntarnos: "¿Qué es lo que voy a hacer al respecto? ¿Cómo lo voy a hacer y cuando? ¿Qué es lo que realmente me motiva?" Estas son las preguntas que se hacen las personas de éxito, las que establecen una diferencia positiva en el mundo.
Error nº 3
A menudo etiquetamos de manera imprecisa nuestros sentimientos, lo cual provoca que nos perdamos en una selva de confusión. Por ejemplo, cuando decimos: “Estoy deprimido”, o “Me siento frustrada”. Para ayudarnos a nosotros mismos o a los demás, debemos realizar un esfuerzo por concretar qué significa exactamente la palabra que estamos usando. Podemos preguntarnos “¿Cómo de deprimido estás del 0 al 10, teniendo en cuenta que el 0 significa una depresión profunda que necesita de un tratamiento médico?” Con la nueva perspectiva que da esta pregunta, es posible que te puntúes con un 5 ó un 6, lo que da una visión más exacta y, desde luego, más positiva de la situación. Cuando empezamos a precisar nos convertimos en una especie de observador, lo cual ayuda a suavizar la emoción e incluso a eliminarla.
Error nº 4
Cuando nos decimos “No debo” o “Debo” o "Debería", nos estamos autolimitando y provocando un grave daño. Aquí hay que preguntarse: “¿Quién ha dicho que debes hacer eso?”. Es una buena forma de salir de ese círculo vicioso social en el que entramos una y otra vez, sin poder salir, como si fuéramos una rata en su laberinto. La gente infeliz hace muchas cosas porque debe hacerlas. Mejor dicho, porque cree que debe hacerlas. Se han dejado engullir por las opiniones de los demás, por las encorsetadas normas sociales, y han perdido su libertad para elegir.
Error nº 5
Y el quinto error es decir o pensar que no somos capaces de ser, hacer o tener algo en la vida. La expresión “No puedo” coarta nuestra creatividad y nuestro potencial para superarnos y lograr grandes logros en la vida. Cuando decimos “No puedo hacerlo...” bloqueamos la capacidad funcional pensante del cerebro, y cerramos toda posibilidad de lograrlo. La alternativa, en este caso, es decirse “¿Cómo podría hacerlo?”. Te garantizamos que tu cerebro se pondrá a pensar en serio sobre esta pregunta, y tarde o temprano, si eres persistente, te dará la respuesta.
Esperamos que a partir de hoy comiences a estar más atento/a a estos 5 errores. Abandonar el papel de víctima, y concretar más los mensajes que enviamos a nuestro cerebro nos ayuda a ser mucho más efectivos, y desde luego, más felices.
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Gracias.
ResponderEliminarMe ha servido de mucho.
Cris Contreras
Muchas gracias! Tomo nota!!!
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