Reiki shin-do

viernes, 10 de mayo de 2013

Diferencias entre una relación consciente y una inconsciente..(.basada en el miedo ó en el amor auténtico)



El amor consiste en desear lo mejor para nosotros y para las personas que amamos, porque nunca puede ser egoísta. A veces es amor olvidarnos de algo o romper con ello. Si, después del periodo de dolor posterior a la ruptura aún no somos capaces de olvidar y agradecer, podemos hacernos las siguientes preguntas:

Si realmente me quiero, ¿por qué deseo estar con una persona que no siente lo mismo por mi?

Si realmente quiero a esa persona, ¿Por qué no deseo que haga todo lo que considera necesario para crecer y ser feliz, aunque no sea conmigo?

Me consta lo fácil que resulta ponerse en el papel de la víctima; es un síndrome común en las relaciones que no han salido como esperábamos, pero cuando nos queremos y queremos a nuestra pareja, deseamos lo mejor para los dos. Podemos estas seguros de que, si no seguiremos juntos será por algo. Por mucho que hayamos aprendido durante nuestro viaje por este mundo, nadie sabe más que que la vida, el universo o Dios.

Si no podemos volver la vista hacia la relación con un sentimiento de amor y gratitud, preguntémonos: “¿En qué se basaba? ¿Estaba construido sobre el amor o sobre el miedo?” Si fue amor, por muy dolidos que estemos solo desearemos lo mejor para esa persona. Si fue miedo, puede que aún estemos interesados en poseerla y controlarla, convencidos de que no debería vivir sin esa “guía de la vida” que nosotros conocemos, y nunca respetaremos sus necesidades para convertirse en una persona autónoma. El hecho de comprender a nuestras anteriores parejas facilita el camino para aprender a distinguir si nos encontramos en una relación basada en el miedo, además de una ayuda para no atraerla a nuestra vida o, al menos, para decir: “No gracias” cuando la relación ya está llamando a la puerta.

Siguiendo la ley del Universo, podemos estar seguros de que siempre cosechamos lo que hemos sembrado, ahora bien el miedo nos lleva a la ilusión a los cuentos de hadas y al tan amado “felices para siempre” muchas veces nos quedamos anclados en el y como no cuentan en las historias que pasaba luego de ello, pues nos quedamos en blanco cuando observamos con dolor que no estamos felices, que el príncipe de pronto se ha convertido en un “Sapo” o la princesa en una “Bruja”; nunca nos informaron que las relaciones como la vida misma son cíclicas y no me refiero con ello a que el amor como tal deja de existir para mi eso es imposible. Solo se transforma lo que se extingue sin remedio es la ilusión esa que esta basada en el miedo, esa que sigue a nuestros patrones emocionales, que no son otra cosa que nuestras creencias sobre nosotros mismos, sobre los demás y sobre el mundo en general , que se forman durante la infancia.

Cuando una relación se interrumpe, en realidad no se acaba. El cuerpo no es más que un estuche del espíritu y este es en esencia amor, y el hecho de que los cuerpos vayan y vengan no es lo que determina la existencia de un amor, la esencia del mismo es eterna. He entendido en este último tiempo que todo aquello que tiene Verdad es eterno e indestructible. Cuando establecemos un vínculo con alguien en el espíritu del verdadero amor, ya podemos disfrutar y estar tranquilos porque ese amor es nuestro para siempre. Aunque el ser amado se encuentre o no con nosotros. Ni la opinión ni las emociones momentáneas de nadie lo pueden cambiar. Las relaciones duran para siempre y el amor no muere nunca.

En mi opinión las relaciones obedecen a un plan divino casi mágico, si tenemos que sanar algo con una persona nos encontraremos en algún punto del infinito y lo haremos, porque de esta manera evolucionamos y nos convertimos en lo mejor de nosotros mismos, creo que cada vez que se unen dos corazones, cada vez que alguno de nosotros llega más allá de los muros que nos separan todo el mundo se acerca al cielo.

Cuantas veces decimos “Que desilusión” “Veo ahora sus problemas psicológicos” “Descubrió que tengo este defecto” “No lo soporto” adiós al romance, adiós a la pasión. En realidad lo que muere no es la relación amorosa, sino las ilusiones… De alguna manera pues una desilusión implica que hay ilusiones (y nos engañamos diciendo que es amor del bueno) y es precisamente en estos momentos donde se plantean las cuestiones a sanar ya sea con el otro o con nosotros mismos; si decido seguir teniendo las agallas suficientes para comprender que ahora si viene el amor cuando reconozco el verdadero Ser del otro, su esencia y aun así decido y elijo seguirlo amando, pues perfecto viviremos a plenitud este amor como un arco iris de colores y si por el contrario me doy cuenta que no tengo la fuerza para seguir porque la desilusión es muy grande … pues ya sabemos que solo la construimos por miedo… por vana ilusión.

Y si la vida nos priva de una manera real de la persona amada, pues es importante aprender de esta experiencia, de seguro nos enseñara algo importante. No podemos tomar la decisión por el otro, aunque veamos con seguridad que amamos a alguien; si esta persona no ve el amor...no lo reconoce, ni lo admite… pues es su elección. Hay que liberarse de los hábitos físicos que hemos asociado con ese amor, pero jamás tenemos que liberarnos del propio amor.Este sigue con nosotros porque de alguna manera forma parte de lo que somos, como Dios mismo o la vida misma (el nombre es lo de menos)… el amor es una trayectoria poderosa e infinita y es en definitiva uno solo.

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