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jueves, 10 de enero de 2013
ღ La compasión es mucho más noble y grandiosa que la lástima. La lástima tiene sus raíces en el miedo y en una sensación de arrogancia y condescendencia, a veces incluso en una complacida sensación de «me alegro de no ser yo». Dice Stephen Levine: «Cuando tu miedo toca el dolor de otro, se convierte en lástima; cuando tu amor toca el dolor de otro, se convierte en compasión». Entrenarse en la compasión, pues, es saber que todos los seres somos iguales y que sufrimos de manera semejante, es respetar a los que sufren y saber que no es uno distinto de nadie ni superior a nadie. - Sogyal Rimpoché -
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